martes, 15 de marzo de 2011

Y en Inglaterra..., ¿qué?

Pues sí, a pesar de que en los cincuenta todo ocurrió, prácticamente, en Estados Unidos y, en los sesenta todo parecía provenir de la Costa Oeste del País, fue en Liverpool, Inglaterra, desde donde cuatro chicos demostraron al mundo entero el poder de la Música, el efecto que ésta podía ejercer sobre todas las cosas. Ellos tomaron ejemplo de las bases ‘cincuenteras’ que llegaban del otro lado del Atlántico a través de los marineros que llegaban al puerto de la ciudad en la que residían, a lo que sumaron la habilidad poco frecuente de MCcArtney para aprender nuevos acordes y melodías y, como no, el genio innato de Lennon. Y cambiaron el mundo conocido hasta la fecha. A todos los niveles…
… Pero esa es otra historia y aquí no pretendemos analizar en profundidad ni, incluso, a The Fab Four; simplemente reflejar el porqué de cada década de la Era Moderna de la Música –que ahí es nada, vamos
The Beatles fueron algo más que simples músicos. En el 67’, en el suplemento educativo del diario The Times, se llegó a escribir que eran Arte Funcional: ‘Las letras de Lennon & McCartney constituyen un importante barómetro de nuestra sociedad, de los sentimientos que comparten los alumnos de toas las aulas de Inglaterra… Si la comprensión manifestada en el disco se reflejara en los maestros ingleses, nuestras escuelas podrían convertirse en instituciones mucho más acogedoras que lo que se muestran algunas ahora’. Naturalmente, hacían referencia al Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band.

El comentarista pop del Saturday Evening Post Al Aronowitz llegó a escribir de los grandes de la generación que ‘Los mejores –Dylan, Beatles, Stones– no compiten ya por el dinero. Ya tienen bastante. Compiten ahora por la música. Los mejores artistas –la aristocracia– están tomando el poder. Se comprometen cada vez menos con el comercialismo. Apenas hay nada interesante fuera de este círculo exclusivo’. Bien, parece un poco exagerado reducir el círculo a estos tres, pero muy poco podría ampliarse –Bowie y su camaleónico talento en un futuro relativamente cercano a los Beatles, Jim Morrison y su carisma, y poco más–. En la foto anterior podemos ver una instantánea de Sus Satánicas Majestades, los Stones en la que aparece Brian Jones; inmerso en las drogas y la depresión, fue hallado muerto a la edad de 27 años en la piscina de su mansión de Hartfield, Sussex… Jim también murió en una bañera, supuestamente de sobredosis –y Hendrix, y Janis Joplin… ¿cuántos héroes de la Historia de la Música, incluyendo a los clásicos, han muerto a causa de una ‘mala vida’ y/o en extrañas circunstancias?
Muchas grandes bandas y solistas nacieron y navegaron al pairo de los cuatro chicos de Liverpool, aunque realmente no se trata de enumerar nombres, componentes y temas, sino de hacer notar que, efectivamente, la música de los sesenta no había copiado en absoluto nada de los cincuenta, al igual que ésta no tuvo nada que ver con la de la década anterior; simplemente había tomado unas bases, evolucionando de forma y manera independientes, acorde con los nuevos tiempos y girando en torno a unos genios evidentes, no sólo reconocidos en su tiempo –aunque siempre es tiempo de Beatles– sino que, como queda demostrado, siguen teniendo solución de continuidad, parece y, al igual que los grandes clásicos, eterna.

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