Aunque suene a perogrullada, la música está concebida para ser oída. Toda suposición acerca de lo que la música supone a lo hora de escribir acerca de ella, es pura especulación..., y de nada sirve que alguien lea lo que escribes si no ha oído ninguno de los temas de los que opinas, si no conoce los estilos de los que hablas, si no sabe quién es el autor y/o intérprete mencionado ni conoce nada de su historia, de su vida y obra... Puede llegar a gustarle de lo que hablas, pero no alcanzará a entenderlo hasta que no se produzca el, digamos, 'contacto auditivo'.
El texto complementa, aclara, sugiere, inventa..., pero no es música propiamente dicha.
Y, entonces..., ¿qué se necesita para comprender, al menos en un principio qué diablos es la Música? Bueno, me parece que queda meridianamente claro que, para que todo ello ocurra, debemos partir de tres premisas fundamentales sin las cuáles resulta imposible entender el concepto:
- La Música es un lenguaje Universal en el que la función expresiva es una de sus dimensiones fundamentales, tanto con respecto al emisor como al receptor.
- La Música no sólo supone una vía para expresar talento: es, y hoy más que nunca, un gran negocio.
- La Música que más suena y/o que más se vende no es, necesariamente, la mejor: todo obedece a unas necesidades de marketing, la ignorancia es atrevida…, y no hay nada mejor que un grupo de jóvenes sin formación, ávidos de ‘algo nuevo’ que llevarse al oído…
Muchos expertos en la materia opinan que la música Pop, realmente, proviene de la clásica…, y que algunos de sus grandes compositores, como Beethoven y/o Mozart, fueron sus artífices… Realmente, el término ‘pop’, popular, hace referencia a un estallido, a lo que supuso en la década de los 60’ la explosión de colorido, tanto en lo musical como en la forma de vestir, que todos conocemos. Pero fue muy difícil llegar a este punto. La música popular siempre inquietó a la sociedad norteamericana. Cuando a comienzos del siglo XX comenzaron a surgir el Ragtime y el Jazz, con estructuras musicales basadas en la unión de los cantos de esclavos y de lo que estos llevaban tiempo oyendo del mundo occidental, un enorme recelo surgió en la población media: a menudo, los seguidores de estos estilos eran negros emancipados –obviamente–, obreros inmigrantes, vagabundos, campesinos… Y qué decir de, cuando en los años veinte, estilos como el Dixieland y el Folk se unieron a los anteriores: muchos fueron los que se preocuparon de advertir a la sociedad norteamericana de la influencia vulgarizante e inmoral de la ‘frenética nueva música’… Y eso que Elvis y sus movimientos de caderas aún no habían hecho su aparición… De hecho, el Rock’n’Roll surge de otro de estos estilos primigenios, el Rhythm’n’Blues.
Es curioso observar como, a pesar de que alguno de los representantes de estos estilos tuvieron cierto éxito, fueron siempre ‘moralmente sospechosos’. Imaginaos a un de los padres del Folk, Woody Guthrie –1912-1967, un poco más arriba, en la foto de la izquierda– con su guitarra de siempre y con la inscripción This Machine Kills Fascists –Esta Máquina Mata Fascistas–. Toda una provocación, ¿no?. De hecho, una de las más graves ‘ofensas’ que jamás se hayan dado contra esta gentuza… Y, teniendo en cuenta que Woody viajaba como un vagabundo, de tren en tren, recorriendo el país en plan subversivo... Lo dicho, imaginaos…
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