Aparece como tal, aunque, evidentemente ya existiera con anterioridad, una figura emergente en cuanto a importancia, heredada de la década anterior: El productor. Los conceptos han cambiado y no sólo es importante conseguir una óptima calidad de sonido en las grabaciones sino que, además, el concepto de álbum debe adquirir forma. El ejemplo a seguir es, faltaría más, George Martin, fundamental en la carrera de The Beatles.
Se producen numerosos avances tecnológicos que hacen posible que los músicos puedan experimentar con elementos de música Clásica, Jazz o Country. Emerson, Lake & Palmer, Yes o Genesis –¡Grande Peter Gabriel!, en la foto de arriba, el segundo por la derecha… Por cierto, ¿sabéis quién es el primero por la izquierda…? Sí, efectivamente, Phil Collins– empiezan a utilizar sintetizadores y teclados electrónicos que emulan efectos comparables a los de una orquesta, elevando el rock a categoría de ‘música seria’: ha nacido el Rock Sinfónico –o Rock Progresivo–… Y a todo esto se adhiere una banda clave en la Psicodelia, Pink Floyd –foto justo arriba–. También podríamos hablar aquí de otro genio loco, Syd Barret…–. Algo similar ocurre con King Crimson, gracias al dominio técnico de Robert Fripp, guitarra vanguardista donde los hubiere, dado a utilizar innovaciones tonales herederas de clásicos contemporáneos como Schönberg y Stockhausen –nótese aquí el toque pedante…
Pero no sólo los músicos británicos son capaces de lo anterior. En Alemania surge el Rock Alemán, con referencias a la música culta y a la utilización de instrumentos electrónicos. Formaciones como Tangerine Dream, Can o Kraftwerk –precursores del Tecno–, consolidarán su estilo como una de las tendencias fundamentales de la música en la década de los ochenta.
¿Y que ocurre con los yankees? Bueno, en Estados Unidos, el rock hace tiempo que es ya una industria generadora de millones en beneficios. Por una parte, la música se endurece, y comienza a tomar forma el Hard Rock o Heavy Metal. Springsteen alcanza una gran popularidad.
Por otro lado, The Eagles –imagen derecha– desarrollan un tipo de Country Rock cuyo éxito da pie a un subgénero de gran potencial comercial denominado Soft Rock, donde las melodías y las letras son elementos vitales, como también ocurre con Fletwood Mac.
De todas formas, el Rock Progresivo no cuaja en Estados Unidos. Con la pretensión de aunar música y arte en una sola experiencia, surge, de la mano del talento de Lou Reed –imagen izquierda–, la Velvet Underground –su espectáculo The Exploding Plastic Inevitable, es una obra ‘multimedia’ que combina música, cine, luces y danza, creada bajo la dirección de Andy Warhol.
El genio Frank Zappa –imagen derecha– con su banda The Mothers Of Invention es otro de los artistas que introduce la experimentación constante en las fórmulas del Rock… Por no hablar de sus constantes locuras en los escenarios –descabezar un pollo vivo de un bocado, masturbarse ante su público, defecar y comerse sus excrementos… Da la impresión de que entre el genio y la locura existe una línea muy delgada… De todas formas, ante los escándalos de los grandes de los cincuenta, los sesenta y los setenta, ríanse de las ñoñeces de los ‘chicos de hoy en día’… Por cierto, la foto no alcanza a explicar la dimensión de la locura y las excentricidades de Zappa…, ni su falta, total y absoluta, de sentido del ridículo…
Los británicos también guardan esqueletos en sus armarios. La Electric Light Orchestra, cuyo líder, Jeff Lynn, admira profundamente el trabajo de Beatles, experimenta con instrumentos clásicos y teclados, así como con melodías progresivas que trascienden al Pop como tal…, aunque, salvando algunos temas, rozan el Pop más empalagoso…
¡Ah!, ¡lo olvidaba¡ No podemos dejarnos a Queen –abajo– a un lado –de sobras conocidas las extraordinarias habilidades vocales de Fredy Mercury–, que experimentaban con coros operísticos y propuestas progresivas y sinfónicas en sus primeros álbumes… También llegaron a publicar alguna que otra horterada, no creáis...
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